Vitaminas y equilibrio oxidativo: Hacia una producción porcina eficiente con productos finales de calidad

campus porcino

En la industria porcina, la selección genética en los últimos años se ha centrado principalmente en maximizar la rapidez y eficiencia del crecimiento de los cerdos, así como en aumentar su nivel de magro, lo que los hace más propensos a experimentar desequilibrios metabólicos.

 

Durante el ciclo de producción, los cerdos pueden estar expuestos a diversos estímulos adversos, como el estrés del destete, condiciones ambientales inadecuadas, peleas por jerarquización social y la ingestión de alimentos contaminados con micotoxinas, entre otros. Estos factores los hacen susceptibles a sufrir desequilibrios en los niveles de oxidación del cuerpo, lo que resulta en estrés oxidativo. Como consecuencia, requieren utilizar parte de la energía destinada a su crecimiento para restaurar la homeostasis, lo que reduce su desempeño productivo y genera pérdidas económicas en el sistema de producción.

 

Puntualmente, el estrés oxidativo implica un aumento en la presencia de radicales libres, los cuales se generan de forma natural como resultado de diversos procesos metabólicos, como la respiración celular. Este incremento puede ser resultado de una mayor producción de radicales libres y/o de una reducción en la capacidad del cuerpo para eliminarlos, lo que conlleva a una ruptura en el equilibrio redox (oxidación-reducción), donde el organismo es incapaz de neutralizarlos en la medida necesaria. Como resultado, se produce daño a nivel celular y tisular, lo que contribuye al desarrollo de enfermedades que afectan el crecimiento normal de los cerdos.

 

Los radicales libres afectan a múltiples órganos, siendo el intestino uno de los más perjudicados. Provocan alteraciones en la microbiota intestinal y deterioran su integridad estructural, lo que resulta en una disminución directa en la absorción de nutrientes, teniendo un impacto significativo en el crecimiento de los cerdos. Por este motivo, se torna fundamental la implementación de estrategias nutricionales que contribuyan a mitigar sus efectos negativos, con el objetivo de lograr una producción porcina eficiente y sostenible, siendo una alternativa la inclusión de antioxidantes exógenos en la dieta.

 

Numerosas investigaciones han evidenciado el efecto beneficioso de las vitaminas en el óptimo funcionamiento del organismo, no solo como micronutrientes esenciales, sino también por su capacidad antioxidante, inmunológica y antimicrobiana. Específicamente en lo que respecta al equilibrio oxidativo, las vitaminas E y C sobresalen debido a su alto potencial, siendo capaces de mejorar la estabilidad oxidativa de la carne de cerdo destinada al consumo humano.

 

En relación con la vitamina E, se ha demostrado que logra una reducción muy consistente en la oxidación de grasas al detener la producción de peróxidos lipídicos. Este efecto promueve la preservación de la integridad de la carne, retardando su deterioro y aumentando su valor nutricional. Además, numerosas investigaciones han sugerido que permite conservar su color rosado y sabor característicos, así como reducir la pérdida por goteo durante el almacenamiento.

 

En cuanto a la vitamina C, los cerdos la sintetizan naturalmente, por lo que en principio no se requiere su inclusión en la dieta para un crecimiento normal. Sin embargo, diversos estudios han sugerido que la síntesis endógena no es suficiente para maximizar los beneficios antioxidantes de esta vitamina. Por lo tanto, su inclusión exógena podría ofrecer numerosas ventajas como la preservación del pH de la carne dentro de un rango óptimo, reducir la pérdida por goteo y asegurar un aspecto visual atractivo del producto final.

 

En resumen, la inclusión de vitaminas en la dieta de los cerdos proporciona una amplia gama de beneficios gracias a su notable capacidad antioxidante. Esto contribuye a mantener el equilibrio oxidativo, lo que resulta en una mejora en la eficiencia de los animales al promover un óptimo estado de salud y permitirles utilizar la energía para su crecimiento, sin deber destinarla a la recuperación de la homeostasis metabólica. Además, contribuye a garantizar excelentes características en la carne, lo que mejora la calidad del producto final y aumenta su atracción para el consumo humano.

 

Referencias

  • Hao, Y.; Xing, M.; Gu, X. (2021). Research progress on oxidative stress and its nutritional regulation strategies in pigs. Animals11(5), 1384.
  • Lauridsen, C.; Matte, J.; Lessard, M.; Celi, P.; Litta, G. (2021). Role of vitamins for gastro-intestinal functionality and health of pigs. Animal Feed Science and Technology273, 114823.
  • Pettigrew, J.; Esnaola, M. (2001). Swine nutrition and pork quality: A review. Journal of Animal Science79(E), 316-342.

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