Lechones con retraso de crecimiento intrauterino (IUGR): Fundamentos teóricos y bases prácticas

campus porcino

Durante las últimas décadas, las empresas de genética porcina han enfocado sus programas de selección en la alta prolificidad, lo cual se debe en gran parte a un aumento significativo en el número de cuerpos lúteos producidos por cada hembra al momento de la ovulación. Si bien esto incrementa el potencial de crías por hembra, también conlleva ciertas consecuencias negativas, principalmente debido a la correlación negativa entre el tamaño de la camada y el peso al nacimiento de los lechones. Como resultado, se ha observado un peso medio al nacer significativamente menor y una mayor proporción de lechones neonatos pequeños (PV < 1-1,1 kg), con la posibilidad de que varios de ellos hayan experimentado diferentes grados de retraso de crecimiento intrauterino (IUGR, por sus siglas en inglés).

A)  ¿Cómo IDENTIFICAR a simple vista a un LECHÓN IUGR?

Tradicionalmente, se ha definido un lechón IUGR únicamente en función de su bajo peso al nacer. Sin embargo, este criterio por sí solo no garantiza que el lechón haya experimentado restricciones durante su desarrollo fetal. En este sentido, se han buscado establecer otras condiciones para su fácil reconocimiento en granja:

Tabla 1: Características morfológicas de lechones IUGR.

     B)  Impacto en la FISIOLOGÍA del lechón

Los lechones IUGR presentan un fenotipo y fisiología alterados, lo que reduce su capacidad de supervivencia en comparación con los lechones normales de su camada. Es bien sabido que en los lechones recién nacidos, la adecuada movilización de glucógeno e ingesta de calostro son fundamentales desde el punto de vista energético. En ambos aspectos, los lechones IUGR resultan deficientes:

  • Baja ingesta de calostro:

Debido a su baja vitalidad al momento del nacimiento, los lechones IUGR no logran ingerir una cantidad suficiente de calostro. Se estima que un lechón necesita ingerir al menos 200-200 gramos de calostro, pero se ha observado que los lechones IUGR consumen menos de esta cantidad, destacando que los lechones IUGR severos ingieren solo alrededor de 100 gramos. Esta ingesta insuficiente no solo representa un problema desde el punto de vista energético, sino también inmunitario, ya que la inmunidad pasiva aportada por la madre será menor, y su propio sistema inmune aún no está desarrollado, lo que aumenta su susceptibilidad a sufrir enfermedades.

  • Bajas reservas de glucógeno en el hígado y los músculos:

El glucógeno es esencial para los lechones recién nacidos ya que, tras su oxidación, proporciona energía durante las primeras horas de vida. En los lechones IUGR, las reservas de glucógeno son bajas, debido a que la movilización de nutrientes ocurre mayoritariamente hacia órganos vitales como el cerebro y el corazón, dejando de lado la acumulación de reservas. Además, debido a la baja ingesta de calostro, las reservas de glucógeno se agotan muy rápidamente, aproximadamente 16 horas post nacimiento. Esto determina que las reservas de glucógeno de los lechones IUGR sean insuficientes y de corta duración.

Por otra parte, los lechones IUGR tienen una mayor relación superficie-volumen corporal en comparación con los lechones normales, lo que resulta en una mayor pérdida de calor corporal y, por ende, en una mayor susceptibilidad a la hipotermia. Al nacer, se observa una disminución en su temperatura corporal durante las primeras horas de vida, pudiendo tardar hasta 48 horas en restablecer una temperatura corporal normal de 39ºC. Una alternativa válida es la provisión de calor focal mediante lámparas infrarrojas o mantas eléctricas, sin embargo, esto no es suficiente por sí solo. Es necesario complementarlo con una correcta movilización de glucógeno y una adecuada ingesta de calostro lo cual, como fue mencionado previamente, no ocurre. Además, estos lechones tienen una muy pobre capacidad de termorregulación durante las primeras horas de vida.

     C)  Causas

Las características morfológicas distintivas mencionadas anteriormente son el resultado del direccionamiento de una mayor proporción de nutrientes hacia el crecimiento del cerebro y el corazón, en comparación con un lechón normal. Esto representa una reacción adaptativa que generalmente se debe a una transferencia insuficiente de nutrientes del útero y la placenta hacia los fetos, causada por disfunción uteroplacentaria y/o desnutrición materna. También puede estar relacionado con un mal funcionamiento fetal debido, por ejemplo, a toxinas o una infección por circovirus.

Numerosas investigaciones han demostrado que la causa principal de una mayor incidencia de lechones IUGR es la presencia de una placenta de menor calidad, caracterizada por su tamaño reducido y una vascularización deficiente. Esto resulta en un menor flujo sanguíneo hacia los embriones y fetos, lo que conlleva una deficiencia nutricional significativa que afecta su normal desarrollo. Además, debido al distintivo rasgo de hiperprolificidad en las hembras porcinas actuales, las camadas más numerosas provocan un hacinamiento uterino que reduce la superficie placentaria disponible por feto, intensificando la pobre nutrición fetal.

     D)  Consecuencias productivas

El bajo peso al nacer de los lechones IUGR, junto con las características mencionadas anteriormente, tiene un impacto negativo significativo a nivel productivo. Estos lechones muestran una menor eficiencia alimenticia, un menor porcentaje de carne y un mayor porcentaje de grasa en la canal, lo cual conlleva a un impacto económico y comercial altamente desfavorable. Además, presentan un sistema inmunitario poco desarrollado y son más propensos al estrés oxidativo, lo que afecta la homeostasis metabólica y, como resultado, su tasa de crecimiento.

Los lechones IUGR experimentan déficits y retrasos en el desarrollo que difícilmente se revierten una vez que son destetados. Aunque se pueden implementar medidas paliativas para mejorar el peso al destete y la robustez de estos lechones, nunca alcanzarán los mismos niveles de productividad que los lechones normales con un peso de nacimiento adecuado. En este contexto, la implementación de medidas preventivas para evitar el retraso en el crecimiento intrauterino parece ser la mejor opción.

     E)  Medidas preventivas y paliativas

  • Medidas preventivas

Mejorar la eficiencia uteroplacentaria mediante la selección genética e intervenciones dietéticas durante la gestación puede reducir la incidencia de IUGR.

     1. Selección genética:

La incidencia de lechones IUGR por camada, identificados por el criterio fenotípico de cabeza en forma de delfín, muestra una heredabilidad del 0,2. Incorporar este criterio de selección en los programas genéticos, junto con la selección por tamaño de camada, podría mantener los tamaños de camada actuales y reducir la proporción de lechones IUGR. Al seleccionar cerdas con menor proporción de lechones IUGR, se estaría mejorando indirectamente su capacidad uterina.

     2. Nutrición:

La suplementación con arginina (0,4-1,3%) durante la gestación temprana (iniciando entre los días 14 y 25 de gestación) ha demostrado aumentar la vascularización de la placenta al promover la angiogénesis, además de aumentar su tamaño. Esto establece las condiciones necesarias para facilitar una adecuada transferencia de nutrientes hacia los fetos.

La suplementación con L-glutamina (1%), que actúa como precursor de la arginina, a partir del día 90 de gestación, resultó en un aumento del peso medio al nacer de los lechones y redujo la incidencia de lechones IUGR en un 39% en los partos siguientes.

  • Medidas paliativas

Una intensiva vigilancia durante el parto y la suplementación nutricional individual pueden reducir la mortalidad predestete de los lechones IUGR. Sin embargo, aunque se puede lograr una reducción en su mortalidad, los niveles de productividad alcanzados por estos animales nunca podrán igualar a los lechones normales.

  1. Suplementación energética individual:

Consiste en administrar a los lechones IUGR, ya sea por vía parenteral u oral, un suplemento energético como glucosa, calostro porcino o calostro bovino para aumentar sus niveles de glucosa en sangre y, por ende, mejorar su vitalidad. Esta medida complementa, pero no reemplaza, la ingesta natural de calostro materno. Debe realizarse dentro de las primeras 12 horas de vida para aumentar la vitalidad de los lechones y facilitar que puedan alimentarse por sí mismos del calostro materno. Es crucial evitar administrar volúmenes excesivos del suplemento, ya que esto podría desalentar la búsqueda de la ubre por parte del lechón.

Estas intervenciones generalmente se realizan durante las primeras horas de vida para proporcionar apoyo a los lechones durante un período breve. Después del mismo, los lechones son responsables de su propio consumo de energía. Dado que la suplementación individual a lo largo de la lactancia es poco práctica, una alternativa después del período natural de producción de calostro materno podría ser transferir los lechones a cerdas nodrizas, brindar acceso libre a un sustituto lácteo de alta calidad y/o realizar crianza artificial. Sin embargo, estas medidas solo serían efectivas para lechones con una restricción de crecimiento intrauterino moderada y no serían adecuadas para aquellos con IUGR severo, que requerirían cuidados especializados adicionales. 

Además, la práctica de la lactancia dividida tampoco resultaría efectiva. Aunque esta técnica ofrece una oportunidad mayor para los lechones débiles al evitar la competencia con otros lechones, requieren un nivel mínimo de vitalidad para acercarse a la glándula mamaria y alimentarse por sí mismos, lo cual rara vez ocurre si no se realizan continuas suplementaciones energéticas.

     2. Combinación de medidas:

Exponer a los lechones IUGR a una fuente de calor durante la primera hora después del nacimiento, seguido de la administración de inyecciones de glucosa a las 1h, 4h y 7h post nacimiento, y finalmente colocarlos con una cerda nodriza, donde además tienen acceso libre a un sustituto lácteo de alta calidad durante los primeros 5-7 días de vida, mejora el crecimiento de los lechones IUGR. Este procedimiento implementado reduce significativamente la mortalidad neonatal y les ofrece una mejor oportunidad de crecimiento.

Tabla 2: Evaluación de diversas alternativas de suplementación energética en lechones IUGR.

Obtenido de: Van Ginneken et al. (2023) - “Preweaning performance in intrauterine growth‐restricted piglets: Characteristics and interventions

     F)  Conclusiones

  • La identificación de lechones con restricción del crecimiento intrauterino (IUGR), mediante la forma de la cabeza en forma de delfín y un bajo peso al nacimiento (< 1-1,1 kg), es un método rápido y sencillo para determinar cuáles necesitan apoyo adicional para maximizar su supervivencia neonatal.
  • Es crucial evaluar cuidadosamente la viabilidad y el costo-beneficio del cuidado intensivo prolongado para los lechones IUGR, considerando que este proceso consume mucho tiempo y que, debido a sus limitaciones físicas, nunca alcanzarán niveles de productividad similares a los de los lechones normales.
  • La implementación de suplementación energética neonatal, junto con otras prácticas de manejo complementarias como la provisión de calor, su reagrupamiento en cerdas nodrizas y el acceso libre a un sustituto lácteo de calidad durante la primera semana de vida, puede reducir la mortalidad predestete de los lechones IUGR.

 

Referencias bibliográficas

  • Amdi, C.; Krogh, U.; Flummer, C.; Oksbjerg, N.; Hansen, C. & Theil, P. (2013). Intrauterine growth restricted piglets defined by their head shape ingest insufficient amounts of colostrum. Journal of Animal Science, 91(12), 5605-5613.
  • Engelsmann, M.; Hansen, C.; Nielsen, M.; Kristensen, A. & Amdi, C. (2019). Glucose injections at birth, warmth and placing at a nurse sow improve the growth of IUGR piglets. Animals, 9(8), 519.
  • Farmer, C. & Edwards, S. (2022). Improving the performance of neonatal piglets. Animal, 16, 100350.
  • Matheson, S.; Walling, G. & Edwards, S. (2018). Genetic selection against intrauterine growth retardation in piglets: a problem at the piglet level with a solution at the sow level. Genetics Selection Evolution, 50, 1-11.
  • Van Ginneken, C.; Ayuso, M.; Van Bockstal, L. & Van Cruchten, S. (2023). Preweaning performance in intrauterine growth‐restricted piglets: Characteristics and interventions. Molecular Reproduction and Development, 90(7), 697-707.

 

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