Buscando la eficiencia productiva con el tamaño de partícula
El incremento en el precio de los granos ha impulsado a la industria a buscar ingredientes alternativos y a reconsiderar métodos de procesamiento con el fin de optimizar la eficiencia alimenticia y disminuir los gastos de producción.
Cuando hablamos de costos en la industria avícola, la alimentación representa la mayor partida de gastos. Dentro de estos costos, los más significativos en términos de energía están vinculados con la fabricación del alimento, siendo la peletización y la reducción del tamaño de partícula los procesos que más energía demandan (Reece et al., 1985; Amerah et al., 2007).
El tamaño de partícula ha cobrado un creciente interés en esta búsqueda por la eficiencia productiva. Sin embargo, a lo largo del tiempo las recomendaciones sobre el tamaño de partícula óptimo han sido contradictorias, dado que los resultados de diferentes ensayos se ven influenciados por diversos factores, como la forma física del alimento, la complejidad de la dieta, el tipo de grano, la dureza del endospermo, el método de molienda, la calidad del pellet y la distribución del tamaño de partícula.
¿Por qué la importancia?
El tamaño de partícula influye en muchos aspectos de la producción avícola, incluida la utilización de nutrientes, el crecimiento, el desarrollo del tracto digestivo y la velocidad de paso del alimento (Gabriel et al., 2003; Amerah et al., 2007, 2008).
Se ha informado que tamaños de partícula más pequeños pueden afectar positivamente el crecimiento y la utilización de nutrientes debido a la mayor superficie disponible para las enzimas digestivas (Amerah et al., 2007). No obstante, ingredientes excesivamente molidos se han asociado con una mayor tasa de paso gastrointestinal, mala salud intestinal y baja digestibilidad de nutrientes.
Por otro lado, numerosos estudios han observado que cuando se suministran ingredientes con un tamaño de partícula mayor, el tamaño de la molleja aumenta (Nir et al., 1994; Parsons et al., 2006; Pacheco et al., 2013). Una molleja más grande puede permitir que las partículas de alimento permanezcan durante un período más prolongado en el tracto digestivo superior, aumentando el tiempo que las partículas están expuestas a las enzimas digestivas, lo que resulta en una mayor digestión (Jones et al., 2001; Hetland et al., 2002).
¿Cómo lograr el tamaño adecuado?
Para lograr adecuar el tamaño de partícula, resulta necesaria una operación básica de molienda. La mayoría de los ingredientes del alimento se muelen con un molino de martillos o un molino de rodillos para disminuir el tamaño. Ambos sistemas tienen sus particularidades. Los molinos de rodillos son más eficientes y requieren menos energía para moler que el molino de martillos. El molino de rodillos produce una distribución de tamaño de partícula más uniforme con una menor proporción de finos (GMD, < 500 µm) que el molino de martillos (Nir y Ptichi, 2001).
No nos olvidemos de la uniformidad
Es importante resaltar que, además del tamaño de las partículas del alimento, su uniformidad también juega un papel relevante en el rendimiento de las aves.
Las aves seleccionan su alimento principalmente por la vista y tienen la capacidad de distinguir las diferencias en el tamaño de las partículas mediante mecanorreceptores ubicados en el pico. Se ha observado que los pollos muestran preferencia por partículas de alimento más grandes. Se cree que esta preferencia por el tamaño de las partículas aumenta con la edad (Nir et al., 1994b).
Entonces…¿Qué tamaño se debería usar? ¿Qué resulta más conveniente?
Las respuestas a estos interrogantes pueden variar debido a la multiplicidad de factores involucrados que no se pueden pasar por alto. El tamaño óptimo de partícula probablemente varía con la velocidad de desarrollo del sistema digestivo, las dimensiones y abertura del pico (Portella et al., 1988), entre otras.
Se ha observado que partículas muy gruesas pueden tener un impacto negativo en el rendimiento de las aves jóvenes. Se sostiene la idea de que las partículas >1000 µm son demasiado grandes para que los pollitos las utilicen eficientemente, dado que su paso a través de la molleja es más lento (Lott et al., 1992). Esta situación podría deberse, en parte, a que la molleja, que está subdesarrollada en las aves jóvenes, puede ser físicamente incapaz de descomponer partículas tan grandes (Covasa y Forbes, 1996).
Una vez que se alcanza un desarrollo adecuado de la molleja, las mejoras en el rendimiento asociadas con la alimentación de partículas más gruesas y uniformes pueden explicarse en parte por el menor requerimiento energético por parte del ave al ingerir partículas más gruesas. Se sabe que el número de picoteos para consumir una cantidad determinada de alimento se reduce cuando el tamaño de la partícula aumenta.
En general, los datos publicados sugieren que las moliendas media y gruesa son ventajosas para mejorar el rendimiento de los pollos de engorde alimentados con dietas molidas y que estos efectos beneficiosos son mayores en dietas de mejor uniformidad de partículas.
Se han sugerido recomendaciones generales para el diámetro medio promedio (GMD) del grano desde el nacimiento hasta el peso de mercado para los pollos de engorde por Nir y Ptichi (2001). Sin embargo, se debe tener en cuenta que la uniformidad de la dieta también debe considerarse y que las partículas finas de menos de 600 µm GMD deben evitarse en todas las edades (Waldroup, 1997). Basándose en los datos publicados disponibles, se puede concluir que el tamaño óptimo de partícula de alimentación se encuentra entre 600 y 900 µm para las dietas de pollos de engorde basadas en maíz o sorgo.
Por ejemplo, Reece et al. (1985) suministraron dietas a base de maíz molido con molino de martillos (GMD, 814 µm) y molino de rodillos (GMD, 1343 µm) a pollitos de engorde, y observaron un mejor rendimiento de las aves en términos de ganancia de peso y eficiencia alimenticia.
También, se ha evidenciado que pollos de engorde alimentados desde los 2 a 23 días de edad con dietas que contienen partículas de harina de soja (HS) con tamaños entre 809 y 1174 μm experimentaron un aumento significativo en la ganancia de peso en comparación con aquellos alimentados con partículas de 466 μm de HS. Además, se concluyó que las aves alimentadas con partículas de 1174 a 1577 μm mostraron una mejora notable en la eficiencia de conversión alimenticia (Ahasic E.M; 2023)
¿Y si pelletizamos?
Por otro lado, se sabe que la peletización mejora la ganancia de peso, el consumo de alimento y la eficiencia alimenticia en pollos de engorde independientemente de la fuente de grano (Calet, 1965; Douglas et al., 1990; Nir et al., 1995; Jensen, 2000; Nir y Ptichi, 2001). Estas mejoras se atribuyen, entre otras cosas, a una mayor densidad, una mejor digestibilidad del almidón resultado de cambios químicos durante la peletización, un aumento en la ingesta de nutrientes, cambios en la forma física, una reducción en el desperdicio de alimento y una disminución en la energía destinada para comer (Calet, 1965; Jensen, 2000).
Consideraciones finales
- Ajustar el tamaño de partícula es una forma para mejorar el rendimiento y la salud de los animales.
- Partículas más grandes favorecen un aumento del tamaño de la molleja, e indirectamente, mejoran la digestibilidad de los nutrientes.
- Una molleja bien desarrollada está asociada con una mayor actividad de molienda, lo que resulta en una mayor motilidad intestinal y una mayor digestión de nutrientes.
- Partículas muy gruesas pueden tener un impacto negativo en el rendimiento cuando son suministradas en aves jóvenes.
- Partículas demasiado finas (< 600 µm GMD) deben evitarse en todas las edades.
Fuente:
Naeem, M.R. Bedford, E.J. Burton & M.R. Azhar. (2024). Investigating the effect of pelleting on the particle size of commercial poultry feeds: a case study, Journal of Applied Poultry Research, Volume 33, Issue 1.
https://doi.org/10.1016/j.japr.2023.100390
W.J. Pacheco, C.R. Stark, P.R. Ferket & J. Brake. (2013). Evaluation of soybean meal source and particle size on broiler performance, nutrient digestibility, and gizzard development1, Poultry Science,Volume 92, Issue 11, Pages 2914-2922.
https://doi.org/10.3382/ps.2013-03186
E.M. Ahasic, P.L. Utterback & C.M. Parsons. (2023). Nutritional evaluation of soybean meals varying in particle size, Poultry Science, Volume 102, Issue 7.
https://doi.org/10.1016/j.psj.2023.102708
Amerah, V. Ravindran, R.G. Lentle & D.G Thomas. (2007). Feed particle size: Implications on the digestion and performance of poultry. The World's Poultry Science Journal, Vol 63, Issue 03, Pages 439-455.
A.M. Amerah, V. Ravindran, R.G. Lentle & D.G. Thomas. (2007). Influence of Feed Particle Size and Feed Form on the Performance, Energy Utilization, Digestive Tract Development, and Digesta Parameters of Broiler Starters, Poultry Science, Volume 86, Issue 12, Pages 2615-2623.
https://doi.org/10.3382/ps.2007-00212
¡Mantente al día con nuestros episodios!
Únete a nuestra lista de correos electrónicos para recibir las últimas noticias y actualizaciones de nuestros podcasts.
No te preocupes, tu información no será compartida
Estamos en contra del SPAM, nunca te enviaremos información que no sea relevante.